Siento que hace ya un tiempo te escribí por última vez, se me hace
eterno el camino a recorrer. La tragedia del oriundo labor del perplejo
cantar de los cantares. No he de guiarme por la historia nocturna
embellecida en tablas de ley pordiosera y tenaz. Como el cangrejo
cariñoso y fiel, he de cumplir la vida del Zoe y la Bios del Omega
rayando en Alpha lujuria la finiquitud y la entrada a la muerte final. El
69 queda grande pero el 96 es eficaz y quebradizo cual duración
requerida del ensordecedor paso a la libertad.