Para que buscarle el pero,
si con poco se arreglaba, solamente una disculpa y quedaba acomodada.
Pobre de aquel que traspone a su amistad con soberbia,
y olvidada por una mala
mil cosas que fueron buenas.
Pobre de aquel que en la vida,
se achica por la vergüenza, pobre de aquel que a un amigo,
no le encuentre diferencia,
suele meterse en el miedo
pensamiento de la idea,
y le acompaña en la vida
cual sombra que le rodea.
La amistad es cosa buena
si se sabe disculpar,
quien no supo equivocar
su intelecto alguna vez.
Yo también supe entender
Errores míos y ajenos
por eso es que perdone
cuando el amigo fué bueno.
Si en este camino cruel
se le olvida al semejante,
que la vida es mucho más
que conservar los instantes,
deje al tiempo el aclarar
la madures de un buen hombre,
que el que fue amigo una vez,
no encuentra razón, ni a dónde.