Relámpagos vírgenes exploran mi cuerpo
miradas colegialas vestidas de tul
acechan mi luna efervescente
mientras bebo tu aura esponjosa.
¿Podré vestirme algún día de soles?
Anclé mis muñones al viento
y volé, en espasmos, adentro.
Afuera, alguna vida ajena discurre.
Vierto la arcada poderosa del sentir
y presencio el presente, silenciosa.
¿Será el licor mi bálsamo ardiente?
¡Soledad plomiza y fervorosa!
¡Orgasmo de la pura nada!
Miedo raquítico, indeleble.
Dame alas de placer sincero
secuestra mis órbitas cansadas
ofréceme horizontes que mascar
y huye luego a tu nido maldito.
Que yo me acostaré desnuda en la locura
y seguiré, como siempre, vestida de lunas.