Tatúame y cóseme
Una vez dejas de temer al ver hacia atrás, viene un miedo mucho mayor de superar.
Mira al frente y detalla el problema; hay mil miedos en cada vereda.
No hay ojos que no veas que al contactar no llenen de odio y miedo el corazón que lleva vendas. Llámalo refuerzo o experiencia, para mí es sólo un desgaste que quema y malinterpreta.
No existe una prueba que pueda utilizar, no existe un filtro que me haga seleccionar, no existe un test del cual me pueda fiar.
Existen millones de personalidades y un par de principios; la primera es variada y la segunda limitada.
Adquirí conocimiento sobre como predecir una víspera de odio y llanto: no ames para reparar.
Querido lector, todo lo que acelera se estrella. No trates de usar lógica a esa afirmación, el humano no es tan lógico como piensas.
Somos bestias, ambiciosas y curiosas; malvadas por naturaleza. No por odiar ni matar; sino por ser socializar.
Necesitamos hablar y conocer, porque incluso podríamos morir si lo dejáramos de hacer.
Quizá no entiendes al punto que quiero llegar, lo sé porque es una idea que no termino de formar.
Pero créeme cuando digo que ser inteligentes es un don lleno de pecados. Nos alzamos contra los que amamos inconscientes o conscientes, con arrepentimiento o sin culpa del hecho; un error mata mil acciones de amor.
¿El dolor debe verse? El dolor debe expresarse. ¿Pero cómo expresar un dolor que causa vergüenza?
Qué magnífico es el ser humano, logra que los sentimientos, aquellos que más nos representan como raza superiora, puedan causar tal nivel de inferioridad al punto de callar, de temer y de cargar hasta no poder más.
Qué magnífico y perverso resultó ser el pecado de ser.
Cóseme un puñal en el corazón, que este desgarre cuando vuelva a confiar en la vida.
Tatúame pecados en ambos brazos, las mentiras y engaños serán espectados para que así otros no sean dañados; pues yo nunca seré el canalla que provoque llantos condensados en poemas baratos.
