Resiliencia otoñal
Deseé ser el único y ahora hago fila en precipicios, cayendo en mentiras como guillotina al piso.
Dejé la puerta abierta y entró granizo, un rocío tan frío que me criogenizo.
Susurra a los papanatas de tus amigos que abran las ventanas, mis letras no se irán en la mañana.
Junté el valor para 4 balas y disparé sin miedo a lo que pensaran; resulta que te extraño de mala gana (1) y que sin ti puedo continuar sin ningún drama (2).
Dijeron que a la (3ra) va la vencida, pues a la (4ta) me dejo vencer.
Si yo no estoy hecho para esta vida, ¿entonces qué caso tiene crecer?
Díganle a la muerte que tiré su sortija, a un matrimonio arreglado no me pienso vender.
Si te encantaban mis lilas, ¿por qué te bebiste el café? Esta pregunta sencilla sólo la entenderán unos tres.
Que no hay sexo ni orgía que ahora me cause placer.
Dile al bartender de estaciones que no me vaya atender, que las primaveras serán las mejores, pero el verano mi amanecer.
Así que si desean mi caída, que sigan viendo hacia arriba.
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