Todas las historias pueden ser heroicas o deplorables, según el juzgador. Según se cuente, habrá hundimiento o vado
Asa que asa la calabaza... hasta que llegues, niño mandón. Atiza la niña
La salve salta a los aires... y yo me anudo a tu cuerpo. Una loca boca sopla las redondeces de un cuerno. ¡Ah, negra! Pobre y desnuda,
A ti, pastor herido, te llaman dul… Ha vuelto. No hay espera. ¡Qué di… Por hallarse en ti mismo se anula… y rueda la campana que tañeron tus… —Mas, ¿qué podía yo, soñador, si n…
Por lo chato del mundo, por lo vulgar, hablan solos los sabios, dedo pulgar. El discurso del necio
Jardines y jardincillos... Un astro rojiamarillo salta la verja
El secreto del número –el través de todo lo mortal o aparecido– ha sumado ha restado ha dividido desoyendo las leyes de Moisés Como grupo juntaron treinta y tres
La misma edad tienen Caín y la maldad. Caín y la edad
Fuga o terrenal esencia. Una llave es como una espada que se nos clava en el pecho. Vértigos da
Usamos el marfil del intelecto para hollar la frontera en que exi… trajinar que lo hacemos..., que lo… cuando fuimos en pos de lo perfect… De nada nos sirvió el ángulo recto…
Que el día completo sea una sola g… y nubes y nubes lluevan resbalen trueno abajo u otro hecho cualquiera sea de ejemplo
Llorando va un pastorcillo, llorando pasa, llorando; de tanto llorar ya lleva todo su cuerpo mojado. —¿Quién te ofendió, pastorcillo?;
Historia del niño René Rosales y de la flauta encantada es una obra singular dentro de la poesía infantojuvenil hispanoamericana. Concebida como poema narrativo dividido en si...
Me salvé por tus pechos del destie… y para la multitud fui recobrado. ¿Quién me arrojaba témpanos de hie… Si algo queda, queda lo ignorado.
Antes del alba, cuando el viento aún no tiene boca y el sueño es un… un eco me llama desde la substanci… y en su canto arde mi nombre como… Me busca ese eco en la hondura de…