Siento el beso de la brisa del recuerdo y revivo, una carga de inspiración recorre todo mi cuerpo, como si fuese agua, así, empapado hasta las raíces de mis pies y desde la corona de mi cabeza, sintiendo la transformación de mi sangre en adrenalina y mi corazón en maratón, la mente tupida en oraciones para dar vida, a poemas que se llevan entre los pies a la realidad elocuente de esta esfera azul.

El beso se posa en mi cachete, el suspiro acompaña y comienza la mezcla entre letras, extrañamente conjugarlas entre sí, brinda un sentido sin razón de sentido, combinaciones entre palabras sin rima, sin forma ni organización, siendo que con magia del corazón, el sentido las aprovecha y comienza la verdadera arte entre líneas, nombrada entre los grandes como el verso blanco.