De senderos perfumados con miel y geranio
De olivos sin olvido que nos cuidaron tanto
Recuerdo el cristalino sonido del agua en la quebrada
Vestida de las hierbas del estío y de amores nacidos
Sentados a la vera del camino,
De espalda a nuestros destinos reímos, cantamos
Jugamos un juego que luego se transformo en vida
Que hoy es la dicha por la unión a la verdad divina
San Marcos, pueblo de reencuentro permanente
Con los hermanos eternamente presentes