Es cántico el del agua
Fluyendo entre cristales
Cuarzos blancos y amatistas
Hay música en la briza
Que acaricia la arboleda
Como un fresco manantial
Formidable sinfonía
Acordes y armonías
Una sublime vibración
Felices los arboles
Canta el arroyuelo
Que lleva bendición
Son todos templos callados
Que regalan la visión
De las flores como estrellas
Que iluminan la razón
Para las almas sedientas
Del néctar de paz y amor