Nos retiramos del huerto
Con el corazón en llamas
Como niños vemos hacia
Atrás al avatar que sana
Su sonrisa se nos graba en el Alma
Miramos el sendero con calma,
Debemos ascender por un lateral
De la gran pirámide plateada
Cubierta de vegetación que
Impone respeto y seducción
Un aire fresco con perfumes
Del huerto nos acompaña
Caminamos varios cientos de metros
Hasta llegar a un terraplén donde
Una piedra muy grande hace de valla
La piedra contiene grabados en plata
Inscripciones muy extrañas
Frente a esa valla emerge un Ser
De cabeza alargada, piel azulada
Y grandes ojos rasgados
Con un zafiro en su frente
Y una corona casi idéntica a
La del busto de Nefertiti
Sin que mediara palabra
Este poderoso Ser mueve
La pesada valla y despeja
Una escalera que lleva
Hasta la primera terraza
De la pirámide escalonada
Llegamos muy rápido
Y casi sin esfuerzo
Sostenidos por el pensamiento
De este guardián del Tiempo
La nave percibe nuestra
Proximidad y emite un pulso
Energía Electro magnética
De altísima sutilidad, Así
Se despliega una cinta dorada
En diagonal que nos permite
Avanzar deslizándonos
Hacia arriba con la velocidad
De una suave caída,
Extraña sensación que
No contiene emoción
Así llegamos a la nave
Que abre su vientre blanco
Invitándonos a entrar