#EscritoresArgentinos
Dime por qué todavía te deseo, por qué tu nombre vuelve como el hacha a la herida en una amarga visitación de medianoche, a la vera de un campo funerario donde las larvas multiplican hú...
Bicho aquí, aquí contra esto, pegada a las palabras te reclamo. Ya es la noche, vení,
Yo te pido un latido de futuro en que el mundo comprenda que ha t… fragmentos de su Dios en un poeta; dale voz y valor frente a lo oscur… luego, déjalo solo, que ha nacido
Te amo por ceja, por cabello, te d… blanquísimos donde se juegan las f… te discuto a cada nombre, te arran… voy poniéndote en el pelo cenizas… que dormían en la lluvia.
Con qué tersa dulzura me levanta del lecho en que soñaba profundas plantaciones perfumadas, me pasea los dedos por la piel y m… en le espacio, en vilo, hasta que…
El animal totémico con sus uñas de… los objetos que junta la oscuridad… el ritmo misterioso de tu respirac… que tu sudor dibuja en el olfato,… Entonces me enderezo, todavía bati…
No pregunto por las glorias ni las… quiero saber dónde se van juntando las golondrinas muertas, adónde van las cajas de fósforos u… Por grande que sea el mundo
Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacer...
Estás, alta criatura, en la rosa, en la alondra, en el m… Donde miro tú estás, sello divino privilegiando cúspide y llanura. No tengo ya paisajes del pasado
Empapado de abejas en el viento asediado de vacío vivo como una rama, y en medio de enemigos sonrientes mis manos tejen la leyenda,
La lenta máquina del desamor, los engranajes del reflujo, los cuerpos que abandonan las almo… las sábanas, los besos, y de pie ante el espejo interrogán…
Bronces de las ocho y media nos llaman cada mañana —entre tu casa y mi casa— de dos cornisas y un breve saludos… ¡Estás tan bella, vestida
Te evoco y veo que has sido en mi pobre vida paria una buena biblioteca. Te quedaste allá, en Villa del Parque,
Por veredas de sueño y habitacione… tus rendidos veranos me aceleran c… Una cifra vigilante y sigilosa va por los arrabales llamándome y… pero qué falta, dime, en la tarjet…
En la bóveda de la tarde cada pája… recuerdo. Asombra a veces que el fervor del… vuelva, sin cuerpo vuelva, ya sin… que la belleza, tan breve en su vi…