#EscritoresCubanos
Luz fosfórica entreabre claras bre… En la celeste inmensidad, y alumbr… Del foso en la fatídica penumbra Cuerpos hendidos por doradas flech… Cual humo frío de homicidas mechas
En el verde jardín del monasterio, Donde los nardos crecen con las li… Pasea la novicia sus pupilas Como princesa por su vasto imperio… Deleitan su sagrado cautiverio
Cuando el hijo salvaje del desiert… Ata su blanca yegua enflaquecida Al fuerte tronco de gigante planta… Y, tregua dando a su mortal fatiga… Cae en el lecho de tostada arena
Voz inefable que a mi estancia lle… En medio de las sombras de la noch… Por arrastrarme hacia la vida breg… Con las dulces cadencias del repro… Yo la escucho vibrar en mis oídos,
Yo no temo el rigor de los tiranos Ni el azote brutal de injusta suer… ¡Témole a tus hechizos sobrehumano… ¡Lo mismo dan la vida que la muert… Aunque apartarme de tu lado quiera
¡Cuántas noches de insomnio pasada… En la fría blancura del lecho, Ya abrevado de angustia infinita, Ya sumido en amargos recuerdos, Perturbando la lóbrega calma
Yo no amo la mujer, porque en su s… Dura el amor lo que en la rama el… Y mi alma vistió de eterno luto Y en mi cuerpo infiltró mortal ven… Ni con voz de ángel o lenguaje obs…
Yo soy como una choza solitaria Que el viento huracanado desmorona Y en cuyas piedras húmedas entona Hosco búho su endecha funeraria. Por fuera sólo es urna cineraria
Nací en Cuba. El sendero de la vi… Firme atravieso, con ligero paso. Sin que encorve mi espalda vigoros… La carga abrumadora de los años. Al pasar por las verdes alamedas,
Si ha caído en tus manos por casualidad, algún periódico cubano en estos últimos tiempos, te habrás enterado de que me encuentro muy enfermo. Tan enfermo que desde julio a la fecha, he ...
Bate la lluvia la vidriera Y las rejas de los balcones, Donde tupida enredadera Cuelga sus floridos festones. Bajo las hojas de los álamos
Si escuchas ¡oh adorada soñadora! Mis amorosas súplicas, Siempre serás la reina de mi alma Y mi alma la fiel esclava tuya. Mandaré construir, en fresco bosqu…
Mi corazón fue un vaso de alabastr… Donde creció, fragante y solitaria… Bajo el fulgor purísimo de un astr… Una azucena blanca: la plegaria. Marchita ya esa flor de suave arom…
Ya la fiebre domada no consume El ardor de la sangre de mis venas… Ni el peso de sus cálidas cadenas Mi cuerpo débil sobre el lecho ent… Ahora que mi espíritu presume
Monstruo de piedra, elévase el cas… Rodeado de coposos limoneros, Que sombrean los húmedos senderos Donde crece aromático el tomillo. Alzadas las cadenas del rastrillo