De las mañanas con sol
solo puedo esperar
la tibieza del sol.
De las mañanas frías
solo espero el calor de tu cuerpo
junto al mío.
También espero tu cuerpo
en ese esfuerzo de salvar
los últimos ideales
que quieren hacer desaparecer.
Pero tu cuerpo junto el mío
repetirá el conjuro
de viejos sortilegios para vencer
en el campo de batalla
de todos los días.