¿Por qué tan pronto ¡oh mundo! me brindaste
Tu veneno amarguísimo y letal...?
¿Por qué de mi niñez el lirio abierto
Te gozas en tronchar?
¿Por qué cuando tus galas admiraba,
Mi espíritu infantil vino a rozar
Del pálido fantasma del hastío
El hálito glacial?
Los pétalos de seda de las flores
Déjame ver y alborozada amar,
Ocúltame la espina que punzante
Junto al cáliz está.
¡Más tarde...! Cuando el triste desaliento
Sienta sobre mi espíritu bajar
Y el alma mustia o muerta haya apurado
La copa del pesar,
Entonces sienta de tu burla el frío
Y de la duda el aguijón mortal...
¡Pero deja que goce de la infancia
En la hora fugaz!