Tras la fina piel
Hoy soy etéreo,
hoy me he propuesto
abandonar mi cuerpo,
hoy soy un dichoso viajero
dispuesto a descubrir
la profundidad
que se puede alcanzar
excavando en el alma
de otro cuerpo.
Tras la fina piel,
tras los duros huesos,
tras las vísceras y músculos
se encuentra ese mundo,
de puertas y muros,
de esperanzas y miedos,
de anhelos mudos,
de sueños sinceros,
hogar de todos los deseos,
mazmorras de las dudas
que ahogan a la humanidad
y la única posibilidad
que tengo para vislumbrar
cuan inmenso es
ese mundo sin igual,
es poseer las llaves,
llaves forjadas
con el fuego del amor
y el metal de la confianza,
otorgada,
a cambio de nada,
entregada,
a cambio de todo...
...hoy soy el viajero
del alma que ama
y aquí dentro,
tengo la sensación
de que este mundo es infinito,
que mi nómada mirada
jamás se cansará
y que caminará
hasta su último aliento
y dibujará las rutas
de los lugares que visitar,
las cimas de su juicio,
las llanuras de su bondad,
el agua fresca de los ríos
que nacen de su corazón,
el filo del precipicio
donde caen los sueños con caducidad,
el recio viento de sus bríos
que espantan mi desazón,
las sombras de sus arboledas robustas
de su dulce personalidad
y el perfume embriagador
de su inmenso amor.
En su interior,
inmensa extensión
para este viajero
rezumante de felicidad
porque puede caminar.
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