Yo no volveré. Y la noche tibia, serena y callada, dormirá el mundo, a los rayos de su luna solitaria. Mi cuerpo no estará allí,

¡Allá va el olor de la rosa! ¡Cójelo en tu sinrazón! ¡Allá va la luz de la luna!

Al amanecer, el mundo me besa en tu boca, mujer.

Hojita verde con sol, tú sintetizas mi afán; afán de gozarlo todo, de hacerme en todo inmortal.

En el recuerdo estás tal como esta… Mi conciencia ya era esta concienc… pero yo estaba triste, siempre tri… porque aún mi presencia no era la… de esta final conciencia

Llamó mi atención, perdida por las flores de la vereda, un pajarillo lleno de luz, que, sobre el húmedo prado verde, abría sin cesar su preso vuelo policromo. Nos acercamos despacio, yo...

¡La candela en el campo!... Es tarde de Nochebuena, y un sol opaco y débil clarea apenas en el cielo crudo, sin nubes, todo gris en vez de todo azul, con un indefinible amarillor en el ...

Todos los días yo soy yo. Pero ¡qué pocos días soy yo! Todos los días el cielo vive en mis ojos. Mas ¿cuándo

Siempre que volvíamos por la calle de San José, estaba el niño tonto a la puerta de su casa, sentado en su sillita, mirando el pasar de los otros. Era uno de esos pobres niños a quienes...

Rosa completa en olor. Sol terminante en ardor. Serenidad de lo uno. (Rompevida del amor). Tú queriendo y sin poder.

¡Qué alegre, en primavera, ver caer de la carne del invierno el vestido, dejándola en errante amistad con las rosas,

No, esta dulce tarde no puedo quedarme; esta tarde libre tengo que irme al aire. Al aire que ríe

No sé cómo irme de aquí, Platero. ¿Quién lo deja ahí al pobre, sin guía y sin amparo? Ha debido de salirse del moridero. Yo creo que no nos oye ni nos ve. Ya lo viste esta mañana en ese...

¡Qué pura, Platero, y qué bella esta flor del camino! Pasan a su lado todos los tropeles—los toros, las cabras, los potros, los hombres—, y ella, tan tierna y tan débil, sigue enhiesta,...

Sólo lo hiciste un momento. Mas quedaste, como en piedra, haciéndolo para siempre.