#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #LaMuerte (1918-1924)
Días negros cual los días de parada indiferencia de dios antecreador. (Todo duro, entero todo, en mole de un orden negro,
No, no puedes subir a la torre. Eres demasiado grande. ¡Si fuera la Giralda de Sevilla! ¡Cómo me gustaría que subieras! Desde el balcón del reloj se ven ya las azoteas del pueblo, blanc...
Cuando el amor se va, parece que se inmensa. ¡Cómo le aumenta el alma a la carne la pena! Cuando se pone el sol
Estoy completo de naturaleza, en plena tarde de áurea madurez, alto viento en lo verde traspasado… Rico fruto recóndito, contengo lo grande elemental en mí (la tier…
Qué trasparente amor, en la cálida tarde tranquila, el del azul y yo. Mi pena viene y va. Mas la mira una estrella suave
Todos los días yo soy yo. Pero ¡qué pocos días soy yo! Todos los días el cielo vive en mis ojos. Mas ¿cuándo
¡La campana gorda!... Tres..., cuatro toques... ¡Fuego! Hemos dejado la cena, y, encogido el corazón por la negra angostura de la escalerilla de madera hemos subido, en alborotado silen...
Darbón, el médico de Platero, es grande como el buey pío, rojo como una sandía. Pesa once arrobas. Cuenta, según él, tres duros de edad. Cuando habla, le faltan notas, cual a los pianos...
Mírala, Platero. Ha dado, como el caballito del circo por la pista, tres vueltas en redondo por todo el jardín, blanca como la leve ola única de un dulce mar de luz, y ha vuelto a pasar...
La mayor diversión de Anilla la Manteca, cuya fogosa y fresca juventud fue manadero sin fin de alegrones, era vestirse de fantasma. Se envolvía toda en una sábana, añadía harina al azuc...
Que yo estoy en la tierra, que yo soy calle oscura y mala, jaula fría y mohosa, campo cerrado siempre ¿quién lo podrá negar?
Mientras, cantan los pájaros y las ramas se mecen, y el sol grande sonríe. ¡En la sombra dorada, —¿un siglo o un instante?—,
Todas las rosas son la misma rosa, amor, la única rosa. Y todo queda contenido en ella, breve imajen del mundo, ¡amor!, la única rosa.
El dormir es como un puente que va del hoy al mañana. Por debajo, como un sueño, pasa el agua, pasa el alma.
Llueve sobre el río... El agua estremese los fragantes juncos de la orilla verde... ¡Ay, qué ansioso olor