Esta es la villa, Coridón, famosa
que bañada del breve Manzanares
leyes impone a los soberbios mares
y en otro mundo impera poderosa.
Aquí la religión, zagal, reposa
rica en ofrendas, fértil en altares;
en las calles los hallas a millares;
no hay portal sin imagen milagrosa.
Y por que más la devoción entiendas
de este piadoso pueblo, a cada mano
ves presidir los santos en las tiendas.
Y dime, Coridón: ¿es buen cristiano
pueblo que al cielo da tantas ofrendas?
Eso yo no lo sé, cabrero hermano.