Las blandas quejas de mi dulce lira,
mil lágrimas, suspiros y dolores
me agrada renovar, pues sus rigores
piadoso el cielo por mi bien retira.
El dichoso zagal que tierno admira
su linda zagaleja entre las flores
y de su llama goza y sus favores,
alegre cante lo que Amor le inspira.
Yo llore solo de mi Fili airada
el altivo desdén con triste canto,
que el eco lleve al mayoral Jovino,
alternando con cítara dorada,
ya en blando verso, o dolorido llanto,
las dulces ansias de un amor divino.