LETRILLAS. II.
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Cuando la sombra fúnebre y el luto de la lóbrega noche el mundo envue… en silencio y horror, cuando en tr… reposo los mortales las delicias gustan de un blando saludable sueñ…
Tus ojuelos, niña, me matan de amor. Ora vagos giren, o fíjense atentos, o miren exentos,
Al ir a despedirme, temiéndose mi olvido, me dio para memoria Dorila un Cupidillo: diciéndome: «En mi seno
Venid, avecillas, venid a tomar de mi zagaleja lección de cantar. Venid; de sus labios,
Suelta mi palomita pequeñuela, y déjamela libre, ladrón fiero; suéltamela, pues ves cuánto la qui… y mi dolor con ella se consuela. Tú allá me la entretienes con caut…
Salud, oh sol glorioso, adorno de los cielos y hermosura, fecundo padre de la lumbre pura; oh rey, oh dios del día, salud; tu luminoso
La blanda primavera derramando aparece sus tesoros y galas por prados y vergeles. Despejado ya el cielo
Retórico molesto, deja de persuadirme que ocupe bien el tiempo y a mi Dorila olvide. Ni tú tampoco quieras
Tímido corzo, de cruel acero el regalado pecho traspasado, ya el seno de la hierba emponzoñad… por demás huye del veloz montero; en vano busca el agua y el ligero
Ya de mis verdes años como un alegre sueño volaron diez y nueve sin saber dónde fueron. Yo los llamo afligido,
Al prado fue por flores la muchacha Dorila, alegre como el mayo, como las Gracias linda. Volvió a casa llorando,
Decidme, zagalejas, si visteis a mi amada bajar con sus corderas por esta verde falda. Decidme si la visteis,
Ya me [he] mis dulces años como un alegre sueño veintitrés han volado sin saber dónde fueron. Yo los llamo afligido,
Pensaba cuando niño que era tener amores vivir en mil delicias, morar entre los dioses. Mas luego rapazuelo
Por morar en mi pecho el traidor Cupidillo, del seno de su madre se ha escapado de Gnido. Sus hermanos le lloran,