Cercado espacio, cubo prisionero
de la piedra que ciñe tu medida.
¡Qué exacta dimensión estremecida
traspasada de gozo marinero!
En tu grave recinto el cielo entero
se hace palio de luz desvanecida,
y abre el viento su ruta desmedida
sobre el próximo mar: alto sendero.
Tu Almirante ceñido de armadura,
grácilmente cubierta por el manto,
da lección de actitud fuerte y erguida:
Guerrero centro de tu arquitectura
y pienso, recorriéndote, que tanto
tendría que centrar, regir mi vida.