Adolfo siempre huele a mierda/
quizás porque pasa sus noches
ejerciendo como vagabundo
después del trabajo/
en lugar de irse a casa a dormir
o a tomar un buen baño/
tiene esta puta manía de comportarse como un desamparado/
dice que se coge los jotitos que
se encuentra vagando ebrios por la quinta avenida/
“les doy bien duro por el culo”
nos cuenta
y a veces les roba su dinero cuando se quedan dormidos/
todos sentimos repulsión por él/
casi tanto como fascinación por sus historias retorcidas y depravadas/
aunque la mayoría de las mujeres lo nieguen/
una vez nos contó
sobre unas putas que se vomitaron una a otra en la regadera de su baño/
en Adolfo estaba toda la mugre del mar,
en su cara grasosa y asimétrica se
acumulaban todos los desechos que los hoteles
tiraban ilegalmente a la playa/
quizás nos mantenía a salvo a los demás de todo eso/
quien sabe/
pero se mantenían en él
llenándolo de mierda y degeneración/
sangre y semen/
y sin faltar un solo día al trabajo/
llego a casa pensando en todo esto
abro la regadera y pienso seriamente en renunciar.