Desque sentida la su proporçión
de humana forma non ser discrepante,
el miedo pospuesto, prosigo adelante
en humil estilo tal breve oraçión:
«O más que seráfica, clara visión,
suplico me digas de donde veniste
e quál es el arte que tú más seguiste,
e cómo se llama la tu discreçión».