En una noche estrellada
donde el cigarro se hace corto
donde pensamientos abundan a la par de numerosos suspiros
esa noche, a la cual brinda una vista seductora.
Vista halagadora de jóvenes estrellas,
ubicadas por azar y sin motivo,
observan a un muchacho sentado
disfrutando de una hermosa vista, que le fue obsequiada,
para que aprecie ese momento;
donde se siente observado, y charla con uno mismo.
La única voz que hace sonar y marcar su audaz grito de famosa reputación
única e invisible, que solo él conoce,
y solo el escucha mirando la negra e iluminada noche.
Esa noche estrellada, que hace pensar, y charlar con uno mismo.