José María Ysmer Palazuelos

CIFRAS

 
No se puede vivir sin hablar de cifras
 
y no me refiero solo a aquellas más frías
 
que desfilan juntas sin apenas mirarse,
 
las que rellenan páginas de diarios cautivos,
 
cifras acostumbradas a vértigos de infarto
 
al brusco vaiven de olas en linea
 
carentes de curvas, sin tiempo a tocarse.
 
Se muestran altivas
 
con una retahila de ceros tras ellas,
 
amigos o enemigos de intereses en sombra,
 
de caminos abiertos a fuerza de pico.
 
 
 
No se puede vivir sin hablar de cifras
 
y ahora me refiero a las que se abren a la vida,
 
cuando sólo es un pulso que mira desde abajo
 
más pequeño quizás, que un granito de arena.
 
Son cifras que aprenden la fuerza de estar juntas,
 
heridas abiertas donde se desliza el tacto,
 
lo alto en el suelo al borde de la calle,
 
la hoja en el viento, valor en alza.
 
 
 
Y no se puede vivir sin hablar de cifras,
 
de sumas que se olvidan de restar los años
 
y a veces multiplican
 
sin que nos demos cuenta.




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