Y en la racha que sube a los techos
se pierden, al punto, las mudas señales,
y al compás alegre de enanos deshechos
se elevan divinos los cantos nupciales.
Y en la bruma de la pesadilla
se ahogan luceros azules y raros,
y, al punto, se extiende como nubecilla
el mago misterio de los ojos claros.