Disfraz, persona unitiva Lezama Lima
#EscritoresEspañoles #PremioCervantes #SigloXX #SigloXXI
Siento pasar los barcos por dentro de la noche. Vienen de un transito… distrito del invierno y van a otra… estación de argonautas, esas rutas
Cuando leía porfiadamente y no sin desazón a Henry Miller, iba acordándome a trechos de muchas horas canceladas, rostro… desdibujados en algún rincón, luga…
Solícito el silencio se desliza por la mesa nocturna, rebasa el irrisorio contenido del… No beberé ya más hasta tan tarde. Otra vez soy el tiempo que me qued…
Este olor a achicoria y a orujo y a crines de caballos y a verdín con salitre y a yerba de mi infanc… frente a África, acaso contribuya también a perpetuar
Por los feudos del río Guadalete, ya en las cercas de espinos del cañaveral del Charco, aún subsisten los ruinosos porches de una casa
Desde un lugar que aprendo a recorrer cada mañana, vuelvo sobre mis pasos y te espero allí donde estoy solo. Matinal
Oigo a veces, en sigilosas noches otoñales, una oblicua graduación d… provenientes de Argónida. Es como un rastro agreste de hermosura y pavor, como…
Llega el momento de decir la palab… y se la deja fluir, se la ayuda a resbalar entre los labios, anclada ya en sus límites de tiemp… La palabra se funda a ella misma,…
Todas las noches dejo mi soledad entre los libros, abro la puerta a los oráculos, quemo mi alma con el fuego del salmista.
Hay un fondo borroso de papeles quemados, como una repentina combustión de residuos que se han… esparciendo en las habitaciones. Casa sin nadie, ¿estuve alguna vez
De repente, la música. Fulgor inmemorial, emerge de lo absorto y se estaciona en estas anhelantes adyacencias
Vuelven los días cada vez más raudos a su casa nativa. Ya no saldrán nunca de allí. Traen
Ningún vestigio tan inconsolable como el que deja un cuerpo entre las sábanas y más cuando la lasitud de la memoria
Su cuerpo está desnudo al borde de… lacustre, sólo se ven sus piernas asomando entre espumas repulsivas, se parece a una estatu… cubierta de criptógamas y a un ani…
Vuelvo a la habitación donde estoy… cada noche, almacén de los días caídos ya en su espejo irreparable… Allí, entre testimonios maniatados… yace inmóvil mi vida, sus tributos