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Ni los calcetines blancos ni la enfermedad del oído, tampoco esta primavera que aún no arranca: tengo ganas de otro lugar, una cerveza larga (helada) se suben las cosas a la cabeza (ocurren) letras derramo: simular Zúrich, Berlín, y simular Muralla y Compostela, existen a caballo las estatuas de los parques.
Simulan por mí un libre albedrío, una maraña de pensamientos intermitentes, y yo simulo verano, sol, olor a yodo (ya no huelen los mares) un mirífico muelle donde reconocer las tres cuatro formas (redomas) del pez del loto del viejo rescoldo que ilustra el núcleo de una palabra.