“¿De quién son estos ojos?”
Dicen como niños los amantes
Inmemoriales
Quieren tener para ser otros
Dos en uno
Olvidarse
De que nacieron separados
Morirán separados
Y que sólo por un instante están juntos
Paz en la guera
Que nadie piense bajo aquellos minutos
No eres mía No soy tuyo
Nada nos pertenece
No poseemos
Ni siquiera los nombre propios
Somos hormigas obedientes
Todo el amor
Todo el deseo
Apenas espejismos sobornos
De la incesante procreación
Engranajes
Bien programados para perpetuarse
Peces
Cadúmenes
Con el anzuelo de un segundo en las boca
En sus bocas que son la carne del tiempo