José Alfredo Jiménez

Dios me señaló

Mar,
llegaste hasta la orilla
que Dios te señaló;
 
mar,
no puedes abarcar,
aunque quisieras, más que yo.
 
Mar,
llegaste hasta la orilla
que Dios te señaló,
 
a quedarte tranquilo,
tranquilo y quieto,
a pesar de tu grandeza
y tu furor.
 
Pero esperas que el viento te acompañe
y entre los dos
formar una tormenta,
entre los dos hacer mil tempestades
y arrastrar a su paso
lo que encuentran.
 
Mar,
llegaste hasta la orilla
que Dios te señaló;
mar,
no puedes abarcar,
aunque quisiera, más que yo.
 
Yo
quiero a fuerza
adueñarme de este amor,
pero siempre mi vida
se detiene en la orilla
que Dios también a mí me señaló.
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