Me gustas cuando hablas
porque estás tan presente,
y a la distancia entablas
conversación silente.
Y clavado en mis tablas
yo, quizás simplemente,
un par de rosas diablas
te coloque en la frente.
Rosas diablas de besos,
murmullos y rumores,
y arrumacos traviesos
que esparzan sus olores,
mi amor, por todos esos
senderitos de flores.