Yo recuerdo, en estos días de cielo plomo y fracturado, que hubieron tiempos mejores, en donde las alegrías venían cantando, en dulce tono y afinado lo hacían, bien recuerdo eso, el tiempo cuando las melancolías no eran más que simples conceptos, y la tristeza yo no la vivía, sino que solo la leía en las letras de algún olvidado poeta, maldito a ratos aquel, igual que yo ahora, si, recibo el castigo por mi error, y le pongo el pecho a las flechas que Cupido me lanza con rabia, desde sus nubes rosadas.
Lo único que me acompaña en mi deprimente condición, son las letras que tanto amo. Claro que confieso algo, que puede o no sonar loco, pero la sílaba más amiga me dijo, que las tildes conspiran en contra mía, quieren hacerme caer, para sumarle más amarguras al triste caldo que a diario bebo, y que de tanto hacerlo ya le empezé a tomar cariño.
¡Ah, quien fuera olvido! Para al menos así poder seguir siendo parte de ti, niña de cabellos oscuros.
O quien fuera una hora en la madrugada, para poder abrazar las inquietas esperanzas de un par de locos que juegan sin temor, en el borde del abismo más profundo de todos los infiernos.
Recuerdo lo lindo, las medrugadas, el viento, la cortina verde, los ladridos del perro, las tardes de primavera. Recuerdo tus besos.
Borraré mis penas, y te sacaré de mi alma, con ayuda de las letras, que tanto amo. Aunque confieso sin pudor alguno, que por esas casualidades nefastas, hay una letra que se parece a ti, y creo, que me enamoré de ella.
(2012)
Nota: sé bien, que mis letras pueden carecer de adecuada métrica, o coherencia. Pero puedo asegurarte que lo que escribo, es tal cual me lo dicta el corazón.
Ojalá te guste.