Salgo y me pregunto:
¿Cómo es posible
que empañes mis ojos?
¿Acaso tu presencia
es dueña de huracanes?.
Huracanes que retumban
y consumen a su paso
sin medir su magnitud
cuando llega el ocaso.
Viajo y me pregunto:
¿Esa indeleble marca
permanecerá para siempre?,
siempre que parece eterno,
eterno que parece infinito,
infinito que parece interminable.
Llego y me pregunto:
¿Indeleble era acaso aquella marca?
Cuando el agua que la borra
se encuentra entre mis manos.
Manos que no son más que carne
entretejida con grafito,
que tienen como esencia
la noble labor del escrito.
Termino y me pregunto:
¿Acaso volverá
ese recuerdo de antaño?
Recuerdo que sigue marcado,
recuerdo que no cesa
ya que sigues a mi lado.