INVECTIVA SINUOSA
Porque audaz abate al trino,
peregrino desgarrado túnel.
Pálido arroyo somnoliento,
pidiendo al silencio la confianza.
¡Piadosa interrogante en guantes!.
Muy contento el aire escatima.
De blancura inofensiva incierta,
de la dulzura rugosa retenida,
de adormecer a las quimeras,
de inculpar cristales castos.
¡De salir muriendo estéril!.
Muy fúnebres las turbias turbas.
Los anhelos de manjares,
los anzuelos de suspiros,
los eslabones de azúcar,
los peñascos de plumas.
¡Los ejemplos hechos hilachas!.
Muy ingrato el afán caduca.
Almas de pulpos inseguros.
Atmósfera de honor exangüe.
Atroz tiembla con arrogancia.
Ante un tulipán de vana arena.
¡Ante una magnolia exhausta!.
Muy profundas las urnas.
Instantes, distantes, constantes.
Insisten desgranando pinceles.
Intentan agitar al reloj el tiempo,
Inquietud ebria edad ardiente.
¡Insufla esquinas al destino!.
Autor: Joel Fortunato Reyes Pérez