Jazmin Infante

La soledad

La soledad.
Amor, cuántos caminos hasta llegar a un beso, ¡qué soledad errante hasta tu compañía!
—Pablo Neruda
Hoy tengo ganas de un buen vino, un buen libro y encerrarme en mi soledad, la soledad de mi vida.
Fue tan repentino y tan audaz en la forma que me atrapó, que poco a poco decidí abrirme a la soledad, le compartí cada uno de mis secretos, mis verdades y todo de mí, sin ningún tipo de venda.
Simplemente me desahogue como nunca y me di cuenta que es mejor compañía que la mayoría de las personas, más sincera y leal.
La mayor parte del tiempo le tomamos temor a la soledad, pero es lo que mejor que tenemos para sanar, tomar un tiempo para nosotros y cerrar esas heridas que dejan marca a lo largo de la vida.
Todos deberíamos de aprender a estar en soledad, todos somos tan fáciles de herir que la mayor parte del tiempo, tenemos la gran costumbre de no sanar una herida por que es más fácil entrar a otra cosa que nos desvíe la atención de ese dolor.
Existen heridas que son hechas por amigos, amores o algunas otras situaciones, pero que no solo nos dejan mal, heridos, dañados, nos rompen el corazón en mil pedazos y creemos que jamás volveremos a querer pegar los pedazos para entregar nuestro corazón a alguien más, y si haz pasado por esto te entiendo, y creeme que sé que tan dificil es tener un dolor en al alma tan desgarrador, pero por eso hoy te digo que la soledad no es mala.
La soledad te hace conocerte, amarte, cuidarte y sobre todo procurarte, pensar dos veces la terrible decisión de querer estar en un lugar en el que no nos dejan florecer, nos hace madurar y entender el porqué de muchas cosas, nos hace entender la maravilla de persona que somos y que nos merecemos el mundo entero, y que tú o yo podemos ir por ese universo sin necesidad de alguien, simplemente irradiando, luz y felicidad.
—Expulsar del alma




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