Nexo
No quiero ser un mapa con múltiples rutas,
solo una línea que conduzca a tu piel.
No quiero que otras manos me toquen,
me harían sentir como un cadáver en un funeral ajeno.
Si otro tacto me rozara,
me arrancaría la epidermis,
para que solo tus dedos me hayan conocido,
y grabaría tu nombre con mis propias uñas.
No necesito mirar ojos que no sean los tuyos, y si fuera el caso
me sacaría las cuencas y aprendería a leer tu alma
con el tacto de tus venas y el siseo de tu respiración.
Mi boca se secaría si otros labios la humedecieran,
la dejaría marchitarse hasta que tus besos la revivieran,
la cuidaría y esperaría a que la deshieles solo para ti.
No abra abrazos que no sean de tus brazos,
y si otra voz llegase a mis tímpanos,
los extirparía porque no son tú,
mi melodía, mi cántico.
No espero de ti ser dueña,
anhelo ser colibrí que te levante con dulzura,
un susurro en tu oído, una sombra en tu noche,
un latido en tu pecho.
Quiero ser la oscuridad que ilumine tu alma,
la que calma tu sed y te sostiene,
la que se filtra en tus venas y te recuerda que estás vivo,
la que te hace sentir la fragilidad de la existencia
y la belleza de la supervivencia,
la locura que te hace amar.
