#EscritoresMexicanos
La mañana está de fiesta porque me has besado tú y al contacto de tu boca todo el cielo se hace azul. El arroyo está cantando
Una antorcha enemiga alumbra —mientras duermes—el profu… túnel que de mi amor a tu alma lle… Con invisibles puños ¿qué taciturno guardia la sustenta…
Tener, al mediodía, abiertas las v… del patio iluminado que mira al co… Oler un olor tibio de sol y de man… Decir cosas sencillas: las que ins… Beber un agua pura, y en el vaso p…
Nos hemos bruscamente desprendido y nos hemos quedado con las manos vacías, como si una… se nos hubiera ido de las manos; con los ojos al suelo,
Por esa fina herida silenciosa que siquiera da paso a la agonía, ¡ay! entra, muerte, en mí, como la… de la hiedra que el sol prende en… Abre —¡aunque sea así!—la última r…
Penetro al fin en ti, mujer desmantelada que —al terminar el sitio— ya sólo custodiaban monótonos tambores
No nos diremos nada. Cerraremos l… Deshojaremos rosas sobre el lecho… y besaré, en el hueco de tus manos… la dulzura del mundo, que se va, c…
¿Quién habitó esta ausencia? ¿Qué… interrumpo al hablar? ¿A quién des… del recobrado cuerpo en que me alo… ¿Quién mira, con mis ojos, lo que… La luz que palpo, el aire que resp…
Va a llover... Lo ha dicho al cés… el canto fresco del río; el viento lo ha dicho al bosque y el bosque al viento y al río... Va a llover... Crujen las ramas
Transparencia del alma. Transparencia del ser que la rodea… Para verla hasta el fondo, basta u… Riendo te pareces a todas las que… mas, llorando, eres tú... Nada es…
Porque no es la muerte orilla clar… margen visible de invisible río; lo que en estos momentos nos separ… es otro litoral, aun más sombrío. Litoral de la vida. Tierra avara
Para escapar de ti no bastan ya peldaños, túneles, aviones, teléfonos o barcos. Todo lo que se va
¡Todavía más luz! Como el poeta, piden luz nuestras almas solitaria… ¡Que se enciendan las lámparas, y que se abran las ventanas!... Y si no basta el sol para mirarnos
Si yo pudiera acariciarte, oh fina suavidad de esta música del viento… en las ramas mecidas de la encina.… ¡Oh, si tuviera tacto el pensamien… para palpar la redondez del mundo,