Soñaba la niña Elvira
Con viajar al horizonte,
Donde otro mundo se esconde
Lejos de su verde mirada.
Flor de loto que creció
Confinada en la masía.
Mas su séquito olvidaba
Que esa flor marchitaría.
Armada de valor,
y un poco de poesía,
Abandona la masía
Al amparo de lo oscuro.
Partió una noche de astros,
Velada de ruiseñores,
Buscando el Sol naciente
Más allá del horizonte.
Siguió firme la senda
Que llegaba a los confines
Sorteando rocas que el sino
Colocaba en su camino.
Fluía como el agua
Por los ríos de la vida
Mas la ruta no llegaba
A la linea del destino.
Narraban sabios astrólogos,
maestros del firmamento,
“Cuando tu alma a tu luz encuentre
Habrás hallado el horizonte”
Allá donde el cielo brilla
Se encontraba, dulce, Elvira
Prendada entre aguas puras,
Loto blanco inmaculado.
Aquella flor sutil,
Delicada porcelana,
Había hallado la luz
Allá en el horizonte.