#EscritoresArgentinos
Cada vez que llega ante la sepultu… besa la cruz, mueve desconsolada la cabeza de un lado al otro y se pone a ordenar silenciosament… Va y viene a la canilla cercana,
Las nubes pasan sombrías sobre la… donde en vano se buscan rastros de… que enjugó para siempre la tierra rica alguna vez en caballos. Por donde pasaron los enseres
La tarde, sollozando, se inclinó h… los pájaros huyeron hacia los últi… y se elevó desde lo más hondo del… como un rosario, el antiguo contra… Pregunté al Pájaro de la Montaña…
Yo, el marrano, el traidor, el lad… diré el secreto de mi longevidad: boca arriba, contra las gargantas… devoro los huevos de la luz. Yo bebo la agria copa del mediodía…
Hasta aquí llegó la vida, dices, y… Hasta aquí llegó la muerte, dices,… Pero si pones el pie donde estaba… si te acercas con la rama de albah… las sombras vendrán rápidamente a…
Qué jóvenes llegamos aquí, a los g… donde vimos por primera vez a la h… descargando su ajuar, jugando con… Aquí, donde las esposas y las hija… sus magníficos vestidos, antes y d…
Soltar la lengua, de manera que no… que viene desde adentro, impulsado por una fuerza superior y el hábil juego de riñón y diafra… insistir presionando los músculos
El paisaje es más hermoso de lo qu… estas murallas que caen a pico sob… aquel sol negro descendiendo sobre… allá, a estribor, un arco iris que… Pero esta moneda de hierro entre l…
Somos inocentes, gritábamos desde… ¿Era de noche o de día? ¿Estábamo… Asomados por el tragaluz mirábamos… De pronto un mugido nos traía el r… y volviéndonos hacia nuestros hijo…
Hice un hoyo en la tierra y lloré dentro de él; lloré de bru… hasta que el llanto llegó al fondo… hasta que todo se anegó, hasta que brotó de la profundidad
Esta mosca que desova en el pantan… y vuela de mejilla en mejilla, de… ha traído la peste a nuestros ojos… las nubes sobre los techos de la a… la sombra de la garza remontando l…
Mi madre tenía un pecho blanco y u… Al despertar tomaba el pecho blanc… y acercándolo a mis labios decía:… y yo bebía una leche blanca, espes… Luego apretaba entre sus dedos el…
La ansiedad me dominó, y luego la… horror de que me vieras así, con e… el pelo sin brillo –el pelo, que e… Terror también de que no fueras el… y al mismo tiempo curiosidad por v…
Yo, Eustacio, poeta de una ciudad… nací, viví y morí como todos los h… según ha sido escrito en este monu… junto al cual te has detenido a or… Si sabes leer, lee, pero no espere…
Todos llevamos, como Eneas, a nue… Débiles aún, su peso nos impide la… pero luego se vuelve cada vez más… hasta que un día deja de sentirse y advertimos que ha muerto.