Con dulce llanto bañarán gimiendo
El yerto corazón de Childe-Hárold
Las vírgenes de Grecia. Su cadáver
Descansará en su patria, circundado
Por los huesos de sabios y de fuertes.
Del tiempo al curso volorá ligado
Su canto vencedor, mientras la fama
Contará su ardimiento generoso
En socorrer el suelo más hermoso
Que alumbra el sol; y la piedad augusta
Cubrirá lo demás con velo eterno.