Era un día raro, y estaba como para matarse:
/La luz de invierno entra cálida entre las ramas,
el café enjuaga como beso interno al frío sereno
y mi amante pálida con su piel llena de alma.../
Y algo llamado paz amenazaba la conciencia,
qué es esto sin palabras,
momento en fuga entre las aguas...
Era un día raro, y estaba como para matarse,
como cuando amanece tan temprano
y uno despierta tarde,
demasiado cerca del crepúsculo tras las ramas.