mirando al sol todo se enrojecía,
la mano entre un ojo oscuro y un ojo lumínico
mostraba la sanguínea luz de lo frutal;
se era una mañana muy de día
las palabras eran claras, exageraciones de lo brutal
mirando a la tarde todo se entristecía,
la unión de la sombra oscura y la oscura sombra
sólo un sentir palpitar del tacto dentro
una raíz durmiendo natural
minimizaba extraños inviernos
[...]
Aunque a la luz de lo lunar anochecía...