Como un frío morador de una fogata… esta mañana hirviendo en hierba, caliento mi corazón que no dilata en el amargo verde que aún conserv… el temporal aroma que me empata
La realidad golpea con la fuerza de un martillo a los poetas a los soñadores a los enamorados
Poema, aquí te entierro, sobre est… Vendré a buscarte mirando hacia el… Espero que algun día de mi lágrima… crezca y perdure un sauce entero.
Invitala a tu mesa, sientate a compartir tus palabras, a comer la tarde, que pase la aguja por el circulo d… vayan a visitar lugares, miren las…
Entre la poesía y el psiquiatra hay una gran escalera horizontal que no me deja ver, en sus escalones de mundos distint… el cielo y la tierra...
Luego, por la tarde, las veredas d… Desatando del ruido las palabras e… en el tiempo que no para. En la tarde enmarcada donde se cru… pensando, decidiendo, entre mis pi…
nadie sabe lo que es nadie lo sabe creen entre los días que al amanec… de noche son dos sueñan ser una cucaracha huyendo d…
(Después de lo dicho, lo no dicho) ... también este poema es tu recue… algo cuyas palabras el silencio hu…
No decir en el borde de la cosa fin, comienzo, límite quebrado, límite de vidrio y delirios de cosa ya nombrada, de nombre verdadero. Sucesión de seres en un ser que muere; verdaderos e...
A los pájaros, como yo, se los dejaba caer de las ramas... A los perros, como yo, la gran perra no los amamantaba... ...como nosotros:
Sin duda todo desaparece. Sin dud… El cuerpo, la máquina se rompe. La piedra pierde piedras en el agu… El agua pierde gotas que se herman… Y la sangre deja de ser la sangre,…
En el instante en el cual la música cesó, retirándose como Dios como lo indescifrable hacia sí mis… pude sentir lo triste, la falta de…
El aire que aman mis pájaros, la luz intravenosa y transparente. Las alas unidas al hueso y a la ll… y como en la nada, caen mis pájaro… Sobrevivir y luego vivir:
De nuevo, de buenas a primeras digo: giro en tu ombligo, en espiral hiriente, gravedad que destina
Cuando me miras, casi ya sin ojos, y el fuego de la memoria te incend… y las palabras enfrían en tus lab… palpitantes los hielos del engaño;… irremediable, la urgencia patética…