Si tras de tanto mal me está guardado
algún bien, de que estoy tan fuera agora,
aún espero por vos cantar, señora,
con estilo más alto que he llorado.
Entonces será el bien más estimado
por no haber del jamás sabido un hora,
cual madre que por muerto el hijo llora
se alegra en verlo vivo así tornado.
Entonces contaré de la tormenta,
seguro de zozobras en el puerto,
y placeráme la pasada afrenta.
Desterraré el dolor que sin concierto
me suele fatigar, do nunca sienta
nueva, ni sepa del si es vivo o muerto.