Por los ojos amor entra y derrama en el alma un ardor que la enflaqu… el ansia de gozar, fuego parece; templada obstinación su fuerza tra… De un hijo que amor tiene, el cual…

Sobre las ondas del helado Ibero, incauto niño, y sin saber, corría, cuando el hielo, que fuerza no ten… quebrando, se mostró crudo y sever… El río, que veloz iba ligero,

Carbón, si dar favor suele fortuna a un fuerte corazón determinado; ¿quién como tú jamás fue tan osado en cuanto rodea el sol y ve la lun… ¿Quién tuvo, di, jamás razón algun…

Quien tiene tan honrado pensamient… Lavinio, como yo, no es tan ligero mudar de voluntad sin que primero pierda con el vivir todo el conten… No fue el primero ardor el que aho…

Amor me trae en la mar de su torme… al placer de la ondas de mudanzas, mil fortunas tal vez, tal vez muda… traen acá y allá mi sentimiento. Sígueme alguna vez próspero viento…

Si de Roma el ardor, si el de Sag… de Troya, de Numancia y de Cartag… si de Jerusalén el fiero estrago, Belgrado, Rodas y Bizancio junto; si puede a piedad moveros punto

Si no os digo verdad, si en algo o… sobre mi vida torne el desengaño; si falta hay en mi fe, si os trato… dolor no quepa en vos del mal que… si no sois causa vos del mal que s…

Hiere el puerco montés cerdoso y f… y la alterada sangre detenida tarda del corazón a la herida y una blanca señal muestra primero… Así del amador que es verdadero,

El amoroso piélago corría la nave del curioso entendimiento, y no sin ocasión miraba atento las islas más hermosas que en él v… Al fin de navegar arribé un día,

Pues dio fin de Fetonte su osadía… siendo vana gloria el interese, y no dejó soberbia que emprendiese a Júpiter echar de do vivía, no os debe de espantar mi fantasía…

Si no socorre Amor la frágil nave… combatida de vientos orgullosos, que entre bravos peñascos peligros… la hizo entrar un fresco aire suav… tal carga de dolor lleva y tan gra…

«Amor, ¿qué es esto?» «Amor» «May… que amor». «¿Pues qué es?» «No sé… «En el alma». «¿Con qué fuego la… «¡Fuego, sí!» «¿Quién lo enciende… «¿Arde?» «Abrasa que parte el sen…

Si el mudarme el color, si el alte… si el súbito alegrar y entristecer… si el irme de do estáis y detenerm… si el partirme de vos y no apartar… si aquel viéndoos airada, ardiendo…

Sabe Dios sin saber de vos deseo, y témolo saber más que la muerte: ved, señora, cuál es mi mala suert… de qué contrarios tormentar me veo… De no saber de vos tan mal poseo

Como está el alma a nuestra carne… en los miembros las partes igualme… y como cada miembro el alma siente entera en sí y en todos repartida, y como si una parte es dividida