Gustavo Bello

Espejos

Entreverado en un laberinto de espejos
Donde me miran sin esencia los reflejos
De las mentes que brillan sin luz propia
Y se perdieron persiguiendo al conejo
 
Deambulo entre halagos de ficción
Esquivando las palabras sin alma
Que escupe el pretencioso dragón
Para disimular su falta de calma
 
Observo sin miedo y sin lastima
El rastrero andar de los peoncitos
Que sacrificaron la libertad de sus ánimas
A la voluntad de un falso arquetipo
 
El hedor de los sueños putrefactos
De un ayer plagado de promesas
Es opacado por la peste de los actos
De moscas muertas que esparcen cresas
 
Balas perdidas de culpa obsequiada
Se estrellan contra la inquietud
De intenciones de saber frustradas
Por ausencia de voluntad... y exceso de ineptitud
 
Los espejos del laberinto estallan
Y los reflejos de las mentes se apagan
Las palabras sin alma se callan
mientras el déspota dragón se ahogaba

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