Para Cándido Portinari,
la miel y el ron,
y una guitarra de azúcar,
y una canción
y un corazón.
Para Cándido Portinari,
Buenos Aires y un bandoneón.
¡Ay, esta noche se puede,
se puede,
ay, esta noche se puede,
se puede,
se puede cantar un son!
Sueña y fulgura.
Un hombre de mano dura,
hecho de sangre y pintura,
grita en la tela.
Sueña y fulgura,
su sangre de mano dura;
sueña y fulgura,
como tallado en candela;
sueña y fulgura,
como una estrella en la altura;
sueña y fulgura,
como una chispa que vuela...
Sueña y fulgura.
Así con su mano dura,
hecho de sangre y pintura
sobre la tela,
sueña y fulgura
un hombre de mano dura.
Portinari lo desvela
y el roto pecho le cura,
al hombre de mano dura
que está gritando en la tela,
hecho de sangre y pintura.
Sueña y fulgura.