Ésta es la canción del bongó:
—Aquí el que más fino sea,
responde, si llamo yo.
Unos dicen: Ahora mismo,
otros dicen: Allá voy.
Pero mi repique bronco,
pero mi profunda voz,
convoca al negro y al blanco,
que bailan el mismo son,
cueripardos y almiprietos
más de sangre que de sol,
pues quien por fuera no es noche,
por dentro ya oscureció.
Aquí el que más fino sea,
responde, si llamo yo.
En esta tierra, mulata
de africano y español,
(Santa Bárbara de un lado,
del otro lado, Changó),
siempre falta algún abuelo,
cuando no sobra algún Don
y hay títulos de Castilla
con parientes en Bondó:
vale más callarse, amigos,
y no menear la cuestión,
porque venimos de lejos,
y andamos de dos en dos.
Aquí el que más fino sea,
responde si llamo yo.
Habrá quien llegue a insultarme,
pero no de corazón;
habrá quien me escupa en público,
cuando a solas me besó...
A ése, le digo:
—Compadre.
ya me pedirás perdón,
ya comerás de mi ajiaco,
ya me darás, la razón,
ya me golpearás el cuero,
ya bailarás a mi voz,
ya pasearemos del brazo,
ya estarás donde yo estoy:
ya vendrás de abajo arriba,
¡que aquí el más alto soy yo!
Alfredo Jiménez G.
7aNos convocó a construir una muralla edificada con todas las manos, pero no con el fin de dividir, sino de brindar abrigo y protección. Un muro enorme que ahora sirve para expresarse libremente, para pegar nuestros manifiestos y querellas. Un espacio extenso para crear pinturas monumentales, murales elocuentes al estilo de Diego Rivera, Siqueiros y Fermín Revueltas. Esa muralla sigue en pie, más firme que nunca y de ella cuelgan los mensajes de "los negros con sus manos negras y los blancos con sus blancas manos" contrarrestando el despreciable proyecto de otro muro que pretende construir un aprendiz de gobernante allá en sus frontera del norte para aislar de la fiesta a su propio Pueblo. Ahora el Poeta que proyectó esa gran pared de concordia nos conmueve con su canto del bongó, donde nos pone a bailar a todos al son universal de la diástole y sístole que nos comunica a todos. Sólo aquel que no tenga corazón estaría impedido para unirse a la danza de alegría y fraternidad. El baile de la vida. El otro, el aspirante a constructor de muros de discordia... ¿Tendrá corazón?