Cielo de mis lagunas solitarias,
murmullo de los sueños creativos,
alegría en la espera frente al mar.
Tú haces de cada duda una certeza,
de cada bravo miedo una esperanza.
A ti me entrego libre y danzarina,
vestida de sonrisas de azucenas
y con estos arrullos en las manos.
Vibro al ritmo del agua de la lluvia
que bendice tu piel, mi luz y hogar.
Y te acaricio lento en la distancia
mientras vives, mi mago y alquimista,
tú cambias cada lágrima en ilusión de paz.