La sonrisa es la puerta de la felicidad,
la que invita a los otros a compartirla en comunidad.
Todo el mundo sabe,
aunque puede que no lo tenga muy presente,
que despierta mucho más el atractivo,
una persona sonriente.
Pero no todos son capaces
de darse cuenta,
cuando aquella felicidad  que abraces,
esté dispuesta
a ser abierta y compartida sin disfraces.
Y a su vez,
no todos tienen la posibilidad
de juzgar como un juez,
cual sonrisa es verdadera
diferenciándola de la que pretende ser
una puerta de firme madera.
Solo quienes conocen el alma de esta falsa sonrisa,
pueden descubrir que intentan ocultar bajo este dibujo de tiza.
Ellos son los únicos que poseen el poder
de descifrar el enigma
que esta sonrisa invita resolver.
Y la llave para las preguntas responder
es darse cuenta de la diferencia
que se obtiene al sonreír exclusivamente con la boca,
y la que se obtiene sonriendo con los ojos en su presencia.
Al tener presente
que la mirada, inconsciente,
demuestra lo que en realidad siente el alma,
eso es lo que se comparte con el otro,
su dolor interior acumulado en una palma.
Entonces las gotas del té,
van formando una cascada.
mientras caen se las ve,
siendo coloridas por el compañero conocedor de su alma.
Se crea un arcoíris escondido
en medio de un mar temido.
Y a su paso quien conoce al alma de las lágrimas,
logra desenmascarar la sonrisa
que pretendía ser una puerta de su ánima.
Pero al cabo del tiempo,
la puerta resulta ser los ojos,
ya que ellos fueron los que abrieron
las heridas producidas por abrojos.
Pero esa no es la puerta de la felicidad,
de ella sigue siendo la sonrisa.
Los ojos resultan ser
la puerta del alma precisa.
Y su fiel acompañante,
quien conoce a ese alma,
resulta ser la puerta y la llave dominante
del regreso de la verdadera sonrisa.
Y por lo tanto la resucitación
de la felicidad del corazón.
Entonces a quien conoce al alma,
se le llama Amigo,
y su conexión se utiliza como un arma.
Un arma para protegerse en la vida,
para defenderse contra cada herida.
Y así levantarse,
y caerse de nuevo,
y luchar juntos hasta cansarse,
y levantarse otra vez.
Pero sin un amigo a tu lado
no es posible abrir
el cajón acumulado.
No es posible entrar
al portal de sentimientos.
No es posible caminar
por las cenizas de carbón encendidas.
No es posible atravesar
la selva de las golondrinas.
Tener un amigo es mucho más esencial de lo que parece.
Tener un amigo no sólo implica ponerle el título y después desaparece.
Si el sentido de la vida está en caerse en un pozo, y luego levantarse en un abrazo amoroso, sin amigos, ¿cómo te liberarías de la oscuridad y te levantarías en felicidad?
Si la llave de los sentimientos está en la mirada de los ojos, y luego descubrir sus puntos más flojos, sin amigos, ¿quién vería tus dolores y leería tus errores?
Si la llave de la felicidad está en la sonrisa, y la llave de la sonrisa está en la amistad, sin amigos, ¿quién te salvaría de las caídas y te ofrecería una mano para el vuelo de vuelta a tu vida perdida?
Puede que la vida muchas veces te apuñale, pero hay algo más fuerte que todos los males. El cuchillo puede atravesarte el corazón, el alma, y tu esencia, pero nunca te matará mientras se mantenga la amistad que tú presencias.
La vida es así, salimos heridos todo el tiempo, pero si hay una cosa que aprendí, es que hay una cura para cualquier herida: con mis amigos, nos curamos entre nosotros hasta cada profundidad de nuestras vidas.
Y las sonrisas, son las que demuestran nuestras conexiones, las que le enseñan al mundo quienes son y que hacen nuestros salvadores.